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2016 Petición de Oración | Dios mide nuestra fe | Conferencia sobre 1 Juan

 
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Domingo por la mañana
Title
   Resurrección(1) - Resurrección (1)    
Speaker
   Rev. Jaerock Lee
Pasaje
   Hechos 1:11
Date
   2017-04-16



[Pasaje]

[Hechos 1:11]
Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.



[Introducción]

Amados hermanos y hermanas en Cristo, miembros de las más de once mil iglesias filiales en Corea y en todo el mundo, miembros de los santuarios locales, todos quienes están asistiendo al servicio vía Internet en el mundo entero, los televidentes de GCN y niños de la Escuela Dominical.

¡Celebremos la resurrección del Señor!

¡Demos gracias y gloria a Dios el Padre porque nos ha bendecido para que corramos haia el reino de los cielos con la esperanza de la resurrección!

La resurrección del Señor es un hecho seguro.

En Romanos 10:9 podemos ver: «Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo». Como está escrito, usted puede ser salvo si cree en la resurrección con su corazón.

Asimismo, si tiene una fe firme en la resurrección, podemos esforzarnos por alcanzar la santidad y la fidelidad, con el anhelo del día en el que recibiremos al Señor.

Los que verdaderamente creen en la resurrección con el corazón no pueden evitar llevar una vida renovada.

También predicarán de la resurrección del Señor.

Los discípulos que fueron testigos del Señor resucitado, vivieron como Sus testimonios hasta el día mismo en el que se convirtieron en mártires.

Cuando vivimos por completo en la resurrección, no damos el brazo a torcer ante ninguna situación, y vivimos como verdaderos cristianos.

Por medio de este mensaje, ruego en el nombre de nuestro Señor, que ustedes puedan grabar el significado de la resurrección en lo profundo de su corazón, para que puedan conducirse en el fluir del Espíritu Completo con mayor vigor, y con la fe y la esperanza de la resurrección.



[Mensaje Principal]

Amados hermanos y hermanas:

El significado de la resurrección es, en primer lugar, que se dio mediante la paga del precio del sacrificio.

La resurrección es el suceso más feliz y alegre para todos aquellos que creen en el Señor.

En 1 Corintios 15:19, leemos: «Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres».

Como está escrito, si no hay resurrección y el final de esta vida es el verdadero final, ciertamente somos dignos de lástima.

No obstante, sí hay una resurrección y una vida por venir.

Por consiguiente, los que estamos viviendo en la esperanza de la resurrección y el reino de los cielos, somos los más bendecidos.

La resurrección es el elemento más esencial de nuestra fe.

Y para que haya resurrección, primero tiene que darse el proceso de la muerte.

El Señor, quien es el primer fruto de la resurrección, primero tuvo que morir antes de recibir la gloria de la resurrección.

En especial, Él es Dios en origen y el Hijo unigénito de Dios. Aun así, tuvo que morir de forma dolorosa y tremendamente vergonzosa.

Asimismo, desde el momento que vino a este mundo y hasta que murió en la cruz, Él vivió una vida completamente desinteresada.

Su vida fue de sacrificio perfecto; dio todo lo que tenía hasta el último momento.

El que se haya despojado de toda gloria celestial para descender a este mundo en un cuerpo físico, es un sacrificio que nosotros como criaturas no podemos entender.

Asimismo, durante Su ministerio, Él no tuvo tiempo suficiente para dormir bien, ni comer ni cuidar de Sí mismo.

Al final derramó hasta la última gota de sangre y agua. Él sacrificó todo lo que tenía.

Lo que quiero decir básicamente es que Él hizo un sacrificio inmenso hasta el momento que recibió la gloria de la resurrección.

Por consiguiente, cuando pensamos en la resurrección, debemos grabar el sacrificio del Señor en nuestro corazón.

Entonces podremos recordar con más profundidad en el corazón el sentido y el valor de la resurrección.

Y los que tienen la fe de la resurrección también vivirán una vida en la que se sacrifican a sí mismos siguiendo el ejemplo del Señor.

Si ustedes dicen que creen en el Señor pero disfrutan de todo lo que quieren y toman todo lo que desean en este mundo, entonces no se puede decir que han hecho algún sacrificio.

Los creyentes que siguen al Señor no se sacrifican porque se sienten obligados ni cargados.

En la medida en la que nos sacrifiquemos, recibiremos cantidades inimaginables de recompensas y gloria en el cielo, lo que no se puede comparar en absoluto con la magnitud de nuestros sacrificios en este mundo.

Dado que conozco este hecho con tanta claridad y lo creo por completo, he podido sacrificarme a mí mismo desde que acepté al Señor, y más aún desde que abrí esta iglesia.

Lo he entregado todo, una y otra vez, por las almas. Y desde 2010, he dado más de lo que me permiten mis límites físicos, repetidamente hasta hoy.

¿Por qué no sé cómo disfrutar de la buena comida, el buen vestir y los lugares hermosos? ¡Yo también podría disfrutarlo mucho!

¿Por qué no desearía pasar más tiempo con los miembros de la iglesia? Yo extraño a mis hermanos amados y anhelo pasar tiempo de calidad con ellos más de lo que ellos desean hacerlo conmigo.

Me gustaría comer con ustedes, conversar y caminar mientras hablamos del reino celestial en un lugar tranquilo y hermoso, creado por Dios el Padre.

Aun así, como saben bien, todo lo que hago en mi vida es mirar a la pared mientras oro a Dios el Padre para comunicarme con Él todo el tiempo. Tengo innumerables días que ni siquiera abro las cortinas una vez. También hay muchos días durante los cuales no he salido de mi habitación ni una sola vez.

Sin garantía alguna sobre cuándo terminará este proceso de llenado de la medida de justicia por ustedes, he tenido que pasar muchos días solo y atravesar dolores que consumen la vida.

Tuve que gemir por las almas día y noche.

Pero nunca me he arrepentido por esta vida.

Este es el ejemplo del Señor, y yo sé muy bien que al final de este camino me espera el gozo indescriptible, la alegría y la gloria.

Es mi anhelo que también ustedes puedan vivir cada día con este tipo de esperanza.

Al hacerlo, ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes disfruten la gloria a plenitud cuando se levanten como frutos hermosos de la resurrección.

Amados hermanos en Cristo: el segundo significado de la resurrección es que, por medio de ella, hemos recibido vida eterna.

Los discípulos fueron testigos de la resurrección del Señor de primera mano.

Jesús ciertamente murió y pasaron tres días después de su entierro, pero ellos pudieron ver que Él estaba vivo otra vez.

Cuando los discípulos habían visto a Jesús tres días antes, Su piel estaba desgarrada por la flagelación. Sobre Su cabeza estaban las largas espinas; Sus manos y pies estaban clavados, y todo su cuerpo estaba cubierto de sangre.

Su cuerpo era demasiado delgado porque no había comido ni dormido bien en los últimos trres años. Era semejante a piel y huesos.

Jesús fue colgado en la cruz de este modo, y finalmente dio Su último aliento después de sufrir dolor insoportable por seis horas.

Y luego, un soldado le atravesó el costado con una lanza. Agua y sangre salieron por la herida.

Su cuerpo fue envuelto en lino fino y enterrado en una cueva recién abierta.

Estaba muerto, y no había ninguna posibilidad de que volviera a vivir.

Y sin embargo, Él volvió a la vida.

Él se apareció ante los discípulos en un cuerpo resucitado, y habló con ellos.

Permitió que Tomás, quien dudaba de su resurrección, tocara Sus heridas de los clavos y la lanza; y también comió pescado asado con los discípulos.

Después de ver esta resurrección, que para la comprensión humana habría sido totalmente imposible, ¿qué creen que ocurrió con los discípulos?

Sin reservas dieron sus vidas por el Señor, y por la causa del evangelio.

En Juan 11:25-26 leemos: «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?».

Después de tener un encuentro personal con el Señor resucitado, los discípulos estaban tan convencidos de la vida que podían responder valientemente esta pregunta, diciendo: «Amén, Señor. Yo creo».

Por su convicción de la vida eterna, su temor a la muerte desapareció de forma natural.

Y cuando las personas escucharon este evangelio que los discípulos predicaban con fuerte convicción y sin temor a la muerte, también creyeron en la resurrección y en la vida eterna.

Asimismo, tomaron el camino del sufrimiento que tomó el Señor.

Incluso cuando eran presa de leones, elevaban oraciones de gratitud. Se despedían de sus hijos en su regazo, diciendo: «Pronto nos veremos en el cielo».

Los cristianos vivían en catacumbas subterráneas lejos de las persecuciones contra ellos. En toda su vida no podían ver la luz del sol, pero seguían llenos de esperanza y esperando el regreso del Señor.

Aunque debían enterrar a sus muertos en aquella catacumba, los que permanecían hacían crecer su esperanza de verlos nuevamente en el cielo.

1 Tesalonicenses 4:13-14 expresa: «Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él».

En las lápidas de las tumbas está escrita la esperanza, así:

«Hijo amado, no llores. La muerte no es eterna».

«Amado esposo mío, Armelino. Dios te devolverá a la vida».

«Respetado padre. Respetada madre. Volverás a vivir en el Espíritu Santo».

Para aquellos cristianos que creen en la resurrección y la vida eterna, incluso la muerte (considerada por los no creyentes como el fin y la extinción), era nada más otro paso hacia la vida eterna.

Hermanos: 1 Tesalonicenses 4:16-17 afirma: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor». Como está escrito, vivimos cada día de nuestra vida con la esperanza de que nos encontraremos con el Señor vivo.

En especial, esperamos tener una vida eterna en la Nueva Jerusalén, de entre todas las moradas celestiales.

Muchas veces he hablado sobre el tipo de vida que podrán tener ahí.

Si en verdad tienen esta esperanza, nunca tendrán ningún tipo de apego a la vida terrenal.

En 2 Corintios 4:18, leemos: «...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas».

Si ustedes pierden su vida eterna por estar ligados a las cosas temporales de este mundo, ¡cuán necio será esto!

Por lo tanto, les pido en el nombre del Señor, que tomen la esperanza por la vida eterna en la Nueva Jerusalén y que se aferren a ella con fuerza cada día.

Amados hermanos: el tercer significado de la resurrección es que la providencia del Padre se cumplió mediante la resurrección.

La resurrección del Señor es el evento más importante de la historia de la humanidad.

La Biblia nos habla claramente sobre el significado de la resurrección en la fe cristiana.

«Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe», es lo que dice 1 Corintios 15:13-14.

La salvación se perfeccionó con la muerte del Señor en la cruz, y luego al vencer la muerte y resucitar.

Si Jesús no hubiera resucitado, el camino de salvación no se habría completado y tendríamos que haber merecido la muerte eterna porque nuestros pecados no podrían ser perdonados.

Que Jesús haya resucitado demuestra que Él murió por nuestros pecados aunque era inocente, y venció la muerte porque estaba libre de pecado.

Si creemos esto y aceptamos a Jesucristo, seremos salvos y nos convertiremos en hijos de Dios.

Por consiguiente, sin la resurrección no podríamos hablar de la salvación en el cristianismo.

En el libro de Hechos, que es un registro sobre los primeros días de difusión del evangelio, podemos leer que la resurrección es el núcleo del evangelio.

Por ejemplo, cuando estaban eligiendo al discípulo que reemplazaría a Judas Iscariote, leemos que la tarea del discípulo es predicar la resurrección del Señor.

Hechos 1:22, afirma: «... comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección».

Hechos 4:33 también dice: «Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos».

El cristianismo es la religión de la resurrección, la cual está basada en el firme fundamento de fe en la resurrección.

Si nosotros que creemos en el Señor no tenemos la esperanza de que volveremos a vivir y que disfrutaremos de gloria celestial por la eternidad después de la muerte, ¿por qué deberíamos esforzarnos por vivir de acuerdo a la palabra de Dios?

Al contrario, si tenemos esperanza de la resurrección, no tendremos ningún tipo de apego a este mundo y no vamos a tener temor de la persecución ni las dificultades.

Solamente viviremos practicando la verdad con nuestra vida entera.

Aquellas personas al final se levantarán como verdaderos hijos que Dios quiere ganar a través del cultivo de la humanidad.

Dios llevará a la Nueva Jerusalén aquellas almas que se levanten como hijos verdaderos y compartirá amor con ellos por siempre.

Esta fue la providencia de Dios albergada en Su corazón cuando comenzó el cultivo de la humanidad.

Yo también veré pronto la gloria de la resurrección en la providencia del Padre.

Una vez que el poder de la re-creación se complete al 100 % y mi cuerpo se recupere totalmente, será muy distinto al pasado.

Entonces los planes que Dios el Padre quiere lograr por medio de esta iglesia, se cumplirán de mayor manera.

Anhelo que ustedes participen con fe en este ministerio para cumplir la providencia de Dios.



[Conclusión]

Amados hermanos en Cristo:

He explicado que los significados de la resurrección del Señor son: primero, la resurrección se dio por el pago del precio del sacrificio; segundo, se recibe la vida eterna; tercero, se cumplió la providencia de Dios.

Si ustedes graban el significado de la resurrección en su corazón, vivirán una vida para participar en la gloria de la resurrección.

Para poder participar en la gloria de la resurrección, deben tener la fe de un mártir, con la que está dispuesto a morir.

La fe de un mártir implica morir a sí mismo y obedecer la voluntad de Dios por completo.

Solo los que tienen aquella fe se levantarán con la asombrosa gloria de la resurrección, y entrarán en la Nueva Jerusalén.

Ruego en el nombre de nuestro Señor, que ustedes, mis amados miembros, se levanten firmes en la fe de la resurrección y que se conviertan en frutos gloriosos de la resurrección.

[¡Amén!]

 
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