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Title
   Estudio Biblico(20) - Guardar Apropiadamente el Día del Señor    
Speaker
   Rev. Jaerock Lee
Pasaje
   
Date
   2009-03-11



Capítulo 20
Guardar Apropiadamente el Día del Señor


1. Cómo Guardar el Día del Señor Como Día Santo
Éxodo 20:8-10 dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.”

Dios dice primeramente que no debemos realizar ningún trabajo sino que debemos mantenerlo el día como santo. Significa que no debemos permitir que nuestro corazón se enrede con las cosas del mundo sino que debemos ofrecer el día entero a Dios, no sólo nosotros sino también cada aspecto que está bajo nuestra autoridad. Debido a que Dios bendijo y santificó el Día del Señor, podemos recibir bendiciones cuando lo guardamos como un día santo. Por lo tanto, el domingo, nosotros no debemos darnos a ningún entretenimiento mundano o disfrutar de un tiempo a solas, sino que debemos ir a la iglesia, asistir al servicio de adoración, tener comunión con los creyentes, e invertir un día santo en la Palabra y la oración.

De modo que cuando guardamos el Día del Señor apropiadamente, Él nos protege durante toda la semana de todo tipo de accidentes, enfermedades, o pruebas, y nos da prosperidad. Asimismo, Dios permitirá que su familia tenga paz, y aunque usted cometa un error que cause un accidente, Él obra para beneficiarnos en todo. Sin embargo, a veces, alguien que parece guardar el Día del Señor apropiadamente llega a enfrentar un accidente, pero debe haber alguna razón; pues Dios mira lo profundo de nuestro corazón, y Él quiere que nosotros guardemos el Día del Señor con todo nuestro ser. Por ejemplo, digamos que nuestro cuerpo está en el servicio de adoración, pero si nuestra mente está en alguna otra parte, realmente no estamos guardando el Día del Señor como día santo. Asimismo, aunque su cuerpo esté en el santuario, si su corazón está lleno de pensamientos sobre su negocio o entretenimientos, o si usted pierde el mensaje por quedarse dormido o divagando en pensamientos ociosos, no podrá rendir ningún servicio de adoración santo y apropiado. Está siendo más bien irreverente con Dios, lo cual indica que no hemos preparado nuestra vasija para recibir bendiciones.

Cuando nosotros tenemos presente que Dios examina lo más profundo de nuestro corazón y que recibe su aroma, y cuando guardamos apropiadamente el Día del Señor como día santo, Él no sólo nos protege sino también nos da bendiciones abundantes. Por eso podemos escuchar testimonios de personas que al cerrar sus negocios el domingo, las ventas durante los seis días igualaban y aun superaban las ventas realizadas previamente durante los siete días. Al contrario, si nosotros transgredimos el Día del Señor, puede parecer que logramos tener mayores ingresos por el momento, pero es probable que nosotros enfrentemos daños y perjuicios inesperados debido a accidentes o a enfermedades. No obstante, si guardamos el Día del Señor totalmente, Dios nos dará bendiciones abundantes durante los siguientes seis días.


2. Cómo Mantener Santo el Día del Señor

- Primero: Debemos tener una mentalidad apropiada
Nosotros debemos prepararnos para el Día del Señor anhelándolo de corazón. Debemos darnos un baño, limpiar nuestra casa, preparar ropa limpia para vestirnos, y así sucesivamente. Debemos purificar nuestra mente y cuerpo, y preparar con todo nuestro corazón las cosas necesarias para el Día del Señor, incluyendo las ofrendas.

Asimismo, Isaías 58:13-14 dice: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.” Siendo así, no debemos deleitarnos en ningún placer mundano sino que debemos tener pensamientos y conversaciones espirituales para tener un día alegre y espiritual.

También debemos guardar nuestro corazón para no ofendernos o enfadarnos, ni cometer alguna maldad. Este día debe ser lleno de paz, alegría, y gracias más que cualquier otro día. Debemos estar dispuestos para ofrecer a Dios el aroma de nuestro corazón lleno del Espíritu Santo. Cuando invertimos el día con el corazón santo y espiritual, éste se convertirá en el santo Día del Señor que puede ser reconocido por Dios.


- Segundo: Tenemos que Guardar Totalmente el Día del Señor
Algunas personas sólo asisten al servicio de la mañana, y salen a gozar de un día de campo o a trabajar por la tarde. Esto no puede considerarse como el acto de guardar el Día del Señor con un corazón santo y perfecto.

En Israel se guarda el Día del Señor tal como en los días del Antiguo Testamento; ellos lo guardan totalmente aunque recibieron ese mandato hace miles de años atrás. Incluso cuando se encuentran lejos por cualquier tipo de negocio, regresan a casa el viernes por la tarde y guardan el Día del Señor totalmente, desde el ocaso del viernes hasta el del sábado. Por consiguiente, si nosotros somos salvos por la sangre del Señor y tenemos un poco de fe, obviamente guardaremos el Día del Señor por completo.


- Tercero: No Deberíamos Comprar o Vender Nada en el Día del Señor
En Nehemías 13 vemos que el gobernador Nehemías prohibió a las personas comprar y vender cosas en el Día del Señor. Nehemías 13:17 dice: “¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?” Nehemías explica que sus antepasados no reconocieron la autoridad de Dios quebrantando el Día del Señor, y Dios también tuvo que esconder Su rostro de ellos. Luego ellos tuvieron que enfrentar muchos desastres, incluyendo la pérdida de su país por la invasión de los Gentiles. Entonces Nehemías cerró las puertas de Jerusalén antes del Día del Señor, para que nadie se moviera y para que los comerciantes no llevaran nada. Él ordenó a los Levitas que se limpiaran, y que fueran a cuidar las puertas, para santificar el Día del Señor, e incluso ahuyentó a aquellos que iban a pasar la noche alrededor del muro para comercializar al siguiente día.

Del mismo modo, debido a que Nehemías guardó la ley de Dios para mantener el Día del Señor como día santo, e hizo las cosas que agradan a Dios, él pudo pedirle bendiciones confiadamente (Nehemías 13:22). Si nosotros guardamos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, podremos recibir la respuesta a cualquier cosa que pidamos (1 Juan 3:21-22). Por lo tanto, debemos comprar de antemano las cosas que son necesarias para el Día del Señor, es decir el sábado, para que no tengamos que realizar ninguna transacción comercial en el Día del Señor.

Pero tenemos que ser prudentes y sabios con aquellos nuevos creyentes que no conocen bien la Palabra de Dios ni el hecho de que el cielo e infierno existen. Nosotros debemos enseñarles qué tipo de bendición obtenemos cuando guardamos el Día del Señor, y debemos hablarles de algunos testimonios de aquellos que han recibido bendiciones por guardar este día. De esta manera, mientras sembramos la fe en ellos, debemos guiarlos a guardar el Día del Señor por su voluntad, con alegría.


3. Excepciones al Guardar el Día del Señor
Puede haber algunas excepciones al guardar el Día del Señor. Si los miembros del coro o voluntarios tienen que comer, pero si la iglesia no puede proveer la comida para ellos, podemos comprarles algo afuera, incluso en el Día del Señor. Esto es aceptable a la vista de Dios porque es algo que se da al Señor, quien es el amo del Día del Señor. Pero si hacemos algo por nuestro propio deseo, no tendrá ninguna relación con Dios. Por supuesto, si nosotros podemos proporcionar la comida en la iglesia, sería mucho mejor que comprarla afuera.

Aparte de esto, nosotros podemos tener una librería, un puesto, o expendedores automáticos en la iglesia para proporcionar un poco de comodidad a los miembros. Las cosas que se venden en la librería no son para obtener ganancias terrenales, pues se trata de Biblias, sermones grabados, o casetes de alabanza que nos dan vida. Asimismo, se mantienen los puestos o expendedores automáticos para los nuevos creyentes con el fin de que ellos no quebranten el Día del Señor, pues no son para beneficio personal sino para guardar el Día del Señor con más alegría, y todo esto se hace en bondad, para que Dios no lo juzgue como quebrantamiento del Día del Señor.

¿Qué debemos hacer cuando nuestros amigos íntimos o parientes que no son creyentes tienen una boda el domingo?
Como regla general, aquellos que tienen una fe firme no asistirían a las ceremonias del mundo el domingo, ni siquiera cuando tengan que enfrentar persecuciones. Si nosotros tenemos este tipo de fe, las personas alrededor nuestro reconocerán que guardamos el Día del Señor bajo cualquier circunstancia, de modo que no nos mal entenderán ni perseguirán, y aun cuando se levanten malos entendidos, Dios resolverá el problema.

Pero aquellos que no están todavía en la roca de la fe quizás se preocupen de que sus familiares o amigos se ofendan o se enojen, o tropezarán y no serán salvos. Si usted no tiene suficiente fe para superar estas preocupaciones, no será un pecado asistir a la ceremonia y felicitarlos, de acuerdo a su medida de fe. Pero obviamente usted debe asistir al servicio de Adoración primero, y no es correcto que usted asista luego de la ceremonia a la fiesta donde tendrá conversaciones mundanas. Básicamente, estas cosas no son correctas en el Día del Señor, pero nosotros podemos asistir por causa de las almas. Pero es mejor si nosotros no aceptamos la invitación para guardar el Día del Señor totalmente. En este caso, podemos explicar a la otra persona que nosotros tenemos que guardar el Día del Señor en la iglesia.

Hay también casos especiales en los que no podemos guardar el Día del Señor por el bien de todos. Estos son casos relacionados con ocupaciones específicas, tales como las de doctores, soldados, o policías; tratándose de estos, si es necesario trabajar el domingo, Dios no dirá que han transgredido el Día del Señor. En los casos en que se debe trabajar por el país de manera obligatoria, Dios observará lo profundo del corazón y considerará que sí se está guardando el Día del Señor, aunque no se lo pueda hacer por completo. Pero incluso en estos casos se debe procurar hacer lo posible para asistir al servicio de adoración.

Hay también algunas personas que tienen que trabajar los domingos en restaurantes o grandes almacenes. Esa es la razón por la que nuestra iglesia principal (Iglesia Manmin Joong-ang de Corea) tiene la Misión Luz y Sal para estas personas. Sus miembros trabajan el domingo durante el día y asisten al servicio de adoración por la noche. Si les enseñamos que deben guardar el Día del Señor totalmente desde el principio, será muy difícil atraerlos a Cristo. Por eso los guiamos a incrementar su fe asistiendo al servicio de adoración después de su trabajo. Existen también algunas personas que tienen fe suficiente para guardar el Día del Señor totalmente, pero permanecen en este grupo de Misión por las almas infieles que trabajan en grandes almacenes o restaurantes; esto no significa que están quebrantando el Día del Señor.

Si guardamos el Día del Señor con fe, Él nos protegerá de todo tipo de pruebas, enfermedades, o accidentes, y nos concederá bendiciones. Pero nosotros debemos guardar el Día del Señor no sólo con acciones sino también con nuestro verdadero corazón. Debemos considerarlo santo y debemos guardar nuestro cuerpo, mente, labios, y obras como santos. Si guardamos el Día del Señor de esta manera, intentaremos también vivir otros días con más santidad. Dios nos bendecirá para tener prosperidad, nos santificará más rápidamente, y terminará de adornarnos como una novia a la medida en que nosotros guardemos el Día del Señor como un día santo. Yo espero que usted recuerde y guarde el Día del Señor como un día santo hasta que el Señor regrese, para que usted pueda tener el verdadero reposo, tanto en este mundo como en el Reino de los Cielos.

 
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