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Encontré la Vida Eterna , frente a la muerte Mensajes > Encontré la Vida Eterna , frente a la muerte
Encontré la Vida Eterna , frente a la muerte
Title
   Testimonio de Dr. Jaerock Lee(7) - Cuerpo enfermo y corazón herido    
Speaker
   Rev. Jaerock Lee
Pasaje
   
Date
   2008-04-26



Segunda Parte: Milagro

1. Afecto
2. Cuerpo enfermo y corazón herido
3. Vida desdichada
4. Mi hermana mayor
5. Nacer de nuevo



2. Cuerpo enfermo y corazón herido

Fue en marzo de 1968 cuando ocurrió un suceso como de pesadilla. Mi salud desapareció súbitamente y no volvió más.
Como dice un dicho: "Las luces son usualmente seguidas de las sombras". Una fiesta para celebrar el haber conseguido trabajo y para celebrar mi boda, me dejó como resultado, sólo el dolor de la enfermedad.
Por causa de haber bebido tanto whisky fuerte, mi estómago no se recobraba con ningún método. Estaba estabilizándose, pero no se recobraba apropiadamente.


Cuerpo enfermo

El mal funcionamiento de mi estómago causó el debilitamiento de todos los órganos de mi cuerpo.
El vómito, el mareo, la indigestión y el dolor de cabeza me atacaban frecuentemente. Perdí el apetito, sentía gran cansancio, tenia sarpullido, picazón, falta de ánimo, y todo esto se estaba desarrollando en mi cuerpo. Mi hígado era incapaz de funcionar correctamente.
Eso no era todo, mi boca estaba llena de úlceras y la gripe no me abandonaba, ya que mi resistencia a las enfermedades estaba debilitada. En mi oído tenía llagas.
Entonces, uno de mis tímpanos tenía heridas. Cuando yo era alumno del cuarto curso de la escuela primaria, había un maestro cuyo apodo era "maestro loco". Un día él me llamó y me abofeteó sin ninguna razón. Estaba tan desconcentrado que quedé congelado como hielo. Tras ese incidente él fue echado de la escuela.
Desde entonces he tenido dificultad para escuchar y desarrollé el hábito de leer los labios cuando conversaba la gente.
El otro oído también se hizo anormal. Se inflamó y la cantidad de la supuración aumentó y olía mal. No podía oír los sonidos suaves. Estaba trastornado por el hecho de que no podía oír a la gente en el teléfono, cada vez que sonaba, no podía quedarme cerca puesto que me ponía nervioso. La gente empezó a verme de tal modo que me consideraban como tonto.
Una neurosis se desarrolló en mí. Después de retirarme de la compañía de prensa, no pude conseguir otro trabajo ya que estaba casi sordo. Era totalmente imposible para mi llevar una vida social.
Me atacaba una infección en los pies durante el verano y los sabañones en las orejas y los pies en el invierno. La picazón era intolerable. Para añadir más miseria, empezaba a sentir la picazón por todas partes de mi cuerpo.
Un día al despertarme por la mañana, encontré pus que salía de los abscesos. Ya era una carga para mi esposa a causa de mis muchas enfermedades, no quería decirle sobre esta nueva enfermedad. Los abscesos se expandieron por todo mi cuerpo y la inflamación empeoró aún más.
Mi esposa los encontró y dijo: "Sólo tus ojos no están infectados. Eres afortunado porque tienes una parte de tu cuerpo que está normal, pero no entiendo por qué sólo tienes enfermedades asquerosas.
Mi nariz también tenía una anormalidad. Sin saber, estaba padeciendo la ozcena. Mi cabeza la sentía pesada y tenía la nariz bloqueada. Empecé a perder la memoria. Mi garganta tampoco podía estar normal. Al principio, Las amígdalas estaban hinchadas y luego empecé a sentir un grano en una de ellas. El grano creció como del tamaño de una uva y empezó a presionar la garganta. Cada vez que giraba mi cuello, me dolía.
Aunque yo padecía muchas enfermedades, nadie podía notarlo ya que la enfermedad de piel no se notaba cuando yo llevaba ropa. Yo sólo parecía pálido.
En 1972, padecí artritis. Me dolían mucho las rodillas cada vez que caminaba y después ya no pude caminar. Tuve que utilizar un bastón para ir al baño, pero esto también llegó a ser imposible cuando yo tenía que hacer de vientre en mi casa.
El dolor físico era intolerable, pero el dolor mental era aun peor, porque nadie podía comprender.


No puedo oír

Cuando empecé a tener dificultad en oír, sentí gran tristeza . Aunque yo miraba los labios con cuidado, no podía entender cuando estaba en el lugar ruidoso. Cada vez que contestaba inexactamente o era incapaz de contestar, mi cara se volvía completamente roja por la vergüenza.
A causa de mi fuerte amor propio, intenté mucho ocultar el hecho de que no podía oír, y por consiguiente mi sufrimiento era más grande. Incluso mi hermano mayor que vivía en la misma casa, no sabía que yo tenía dificultad para oír. Él era de carácter fuerte y no podía soportarme mirando sus labios y contestando muy lentamente a sus preguntas. Él solía levantar sus manos y pegarme puesto que yo era demasiado lento para contestar. Él me pegaba sólo porque yo tenía dificultad para oír.


No puedo comer

El pan es mejor que la canción de los pájaros. Comer es muy importante para el hombre. ¿Puede imaginarse cómo sería la vida si comer no fuera una de sus actividades?
Los seres humanos instintivamente tienen un deseo de comer. Si el placer de comer fuera omitido en el hombre, se reduciría uno de los placeres humanos.
A veces tenía ganas de comer carne. Entonces mi esposa me dejaba sólo comer poca cantidad de carne picada, pero a veces esta cantidad de carne trastornaba mi estómago. Pensando en el dolor que me producía comer carne, no quería comerla más.
"Querida, ¿cuándo podré comer tanta carne como quiera?"
Sabiendo que este día no llegaría, mi esposa solía decirme:
"No te preocupes. El día que puedas comer tanta comida llegará pronto. Entonces prepararé comidas deliciosas para ti y tú necesitarás controlarte para no comer demasiado".
No pudiendo comer apropiadamente, perdí peso día a día y mi cara estaba muy flaca. Cuando me miraba en el espejo, yo veía a otra persona: ojos grandes, pómulos, mejillas hundidas, orejas asquerosas, piel áspera. No podía ver más mi propio aspecto.


No pudiendo caminar

Como tenía reumatismo, podía andar sólo con la ayuda de un bastón, pero después llegué a no poder andar. Estar en casa todo el tiempo era como estar en una prisión, una prisión sin rejas.
Como era joven, me hacía sentir muy oprimido el quedarme todo el tiempo en el cuarto. Aunque quería tanto trabajar, no podía hacer nada. No podía menos que tenerme lástima.
Me sentía culpable al ver que no podía cumplir mi deber de esposo. Mi esposa, no conociendo mis sentimientos de culpabilidad, con frecuencia hacía pedazos mi corazón.


Desprecio

Mi esposa era presionada constantemente por los acreedores, y su amor por mí se enfrió y comenzó a ser esclava del dinero. Empezó a creer que el dinero podía erradicar toda desgracia. Decía que sólo sería feliz si tuviera dinero.
"Sólo podré ser feliz cuando tenga dinero. Dinero, dinero... Cierra tu boca. Tú no puedes ganar ningún dinero. Estoy sufriendo por tú culpa".
Ella me abandonaba frecuentemente y sólo volvía cuando la hacía regresar a casa. Ella mantenía el matrimonio no por amor sino por obligación. Al darme cuenta de que ella vivía conmigo sólo por nuestras hijas pequeñas, en mi corazón desaparecía el amor y sólo crecía el odio hacia ella.


Corazón herido y despedazado

El dolor que tenía por mi esposa era tolerable ya que su razón era el dinero. Cuando ella abandonaba el hogar y decía a su familia cuán miserable era su vida, los miembros de su familia empezaron a odiarme.
"Mira lo que haz hecho. Te dijimos que no te casaras con él. Es incapaz, no trabaja y no gana dinero. Es seguro que él tenía la enfermedad antes de que se case contigo".
"Tú haz sido engañada".
"El es un timador".
Los familiares de mi esposa que se quejaban de mí y sentían pena por la desgracia de mi esposa, venían juntos a mi casa.
"Dime, tú, minusválido. ¿Qué mal te ha hecho mi hija? ¿Por qué tú le pegas?"
"Mira, cuñado. Deja de pelear y lo mejor será divorciarse. ¿No estás de acuerdo?"
"¿Eres tú un ser humano? Tú te casaste con mi hija y le haces sufrir mucho. ¿Qué más quieres?".
"Tú minusválido. cállate y deja a mi hija ahora".
Ellos gritaron en voz tan alta que todos los vecinos lo escucharon. Ellos me despreciaron y me abandonaron como si no hubiera pasado nada. ¿Cómo podría expresar cuán triste y avergonzado yo era?
Ellos me trataron como un minusválido sin entenderme. En vez de sentir compasión por un enfermo, me despreciaron y me abandonaron porque no podía ser útil para ellos. Eso no era justo. Eso no era afecto ni amor.
Me puse enfermo y quedé abandonado por la gente. Me sentí profundamente herido por ser abandonado. Nadie podía curar mi corazón herido.
Cuando me puse enfermo, al principio la gente me ayudaba y mostraba compasión, pero en cuanto a ellos se dieron cuenta de que yo no podía curarme, me abandonaron uno a uno.
Eso fue porque ellos no me amaban verdaderamente. La única cosa que me dejaron fue un corazón destrozado, totalmente herido.
¿Qué haría usted si sus padres, su esposo o esposa estuvieran padeciendo una enfermedad durante largo tiempo, o fueran enfermos de SIDA o de lepra? ¿Podría usted volverles la espalda a ellos puesto que le dan sólo dolor y no le dan ningún beneficio?
¿Podría presionarlos a decir que ellos le causaban dolor?
¿O podría cuidarlos de mala gana?
¿O podría cuidarlos con amor, aunque eso signifique un sacrificio de su parte?
Es difícil para nosotros con nuestro amor soportar las penas, sin embargo el amor de Dios puede ciertamente vencer las dificultades.

El amor es sufrido
es benigno
el amor no tiene envidia
el amor no es jactancioso
no se envanece
no hace nada indebido
no busca lo suyo
no se irrita
no guarda rencor
no se goza de la injusticia
mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre
todo lo cree
todo lo espera
todo lo soporta.
(1 Co. 13:4-7)

 
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